Me gustan mis errores. No quiero renunciar a la deliciosa libertad de equivocarme. (Groucho Marx)

miércoles, 29 de septiembre de 2010



Pero... ¿por qué eres así?-le dije. No me gusta que te comportes de esa forma, o por lo menos no lo hagas delante de mí, porque no me gusta verte así, sé cómo te sientan esas cosas, pero también debes comprender a los demás, no todos lo entienden, tú y yo si, pero nadie más, a veces esto es bueno, pero otras ya ves que no tanto... ellos sólo lo critican porque les parece extraño, no están acostumbrados, ya te lo dije... ya te había dicho que iba a ser difícil, te advertí que esto podía ocurrir y así ha sido... Pero todo es por mi, porque quise convencerme de que todo estaba solucionado, de que todo era como antes, como lo habíamos dejado... y no, no es así... ahora está peor que nunca y yo ya no puedo hacer nada... pero tú sí, tú sí que puedes y sabes que debes hacerlo, por el bien de los dos... hazlo: ¡déjame!-le grité, lo dije con los ojos húmedos, intentando reprimir las lágrimas porque sabía que en el fondo era lo que más nos convenía a los dos.





Pero él, impasible como siempre, no dejó que yo siguiese hablando, lo único que hizo fue intentar que me tranquilizase y el cabrón sabía muy bien como hacerlo... por lo que con las dos manos agarró fuertemente mi cuello, clavó sus ojos en mí por un instante y besó mis labios como sólo él sabía hacerlo y me dijo:
te quiero, ¿es suficiente con eso?

Pictures by Jeff Hahn
Si, creo que es suficiente.

No hay comentarios: